Miguel Milá representa como nadie al diseño español. Miembro de la generación de los pioneros del diseño de los años 50, ha visto cómo algunos de sus muebles y lámparas se han convertido en auténticos clásicos.
Nacido en el seno de una aristocrática familia catalana muy relacionada con el mundo artístico (su tío Pedro Milá y Camps, encargó a Gaudí la célebre Casa Milá, conocida como La Pedrera), comenzó a trabajar como interiorista en el estudio de arquitectura de su hermano Alfonso y de Federico Correa. Era una época de crisis, a finales de los cincuenta, en que apenas se sabía qué era el diseño industrial.
Ante la escasez de objetos, medios y materias primas de la época, pronto empieza a diseñar sus propios muebles y lámparas, que no tarda en producir a través de su empresa, Tramo, montada con dos amigos, los arquitectos F. Ribas Barangé y E. Pérez Ullibarri. Sin saberlo, había encauzado su carrera hacia el diseño industrial.
Recientemente la he usado para dotar de encanto un rincón: